lunes, 16 de noviembre de 2015

Los libros estampados de Viviana Guridi, artista uruguaya.

Salón Arte Objeto, AIRE,  VI Bienal WTA, México 2011,
Premio a la excelencia libro "La más cara"

Exposicion Reciclarte 2015, empresa Copiplan, Montevideo
Viviana Guridi acaba de ganar el primer premio del Concurso Reciclarte de la empresa Copiplan, en la categoría Diseño Industrial, con su Proyecto Estrategias para el fin del mundo. Viviana, a punto de recibirse de arquitecta, me comenta que, como suele trabajar en el campo de lo textil,  configuró el proyecto desde un lugar que no le es ajeno. 


Imágenes del libro para el Concurso Reciclarte,
de la empresa Copiplan

Ella dice que el tema le viene rondando la cabeza, y que buscó la manera de encontrar nuevas estrategias ante una posible catástrofe global.

La idea surgió de la observación del material, sus posibilidades y su potencial uso  como herramienta para crear obras, para redescubrir sistemas de comunicación visual y como posible portador de conocimiento.






El potencial de los materiales
El reuso. Suele pasarme cuando estampo telas que es fundamental tener objetos útiles y no siempre éstos fueron diseñados para ese fin. Descubrí nuevas estrategias para continuar pintando aún después de cualquier catástrofe global.





Lo primero que vi fueron los ángulos rectos (hay muchos), círculos y formas geométricas básicas.
Patterns para estampar y repetir


En el estampado artesanal es fundamental el uso de la geometría en la diagramación y más aún encontrar el “cosito” que me sirva de regla. Encontrar tantos ángulos rectos, como escuadras, es un gran hallazgo y las usé con el fin de generar valor estético.

“Imaginé cómo sería un mundo post catástrofe global, un punto de inflexión radical en mi historia, como puede ser naufragar en una isla con un montón de deshechos, o ser sobreviviente de una catástrofe, etc. Este camino me llevó a investigar sobre los preppers quienes crean estrategias para la supervivencia luego de un suceso que colocaría a toda la humanidad en un punto en donde se debe rehacer a sí misma.”





















 Conocí a Viviana, a través de la VIa. Bienal Internacional de Arte Textil, Aire, organizada en México por el WTA, cuando su obra para el Salón Arte Objeto, un libro estampado en tela, recibió el Premio a la Excelencia. 
Salón Arte Objeto, AIRE,  VI Bienal WTA, México 2011,
Premio a la excelencia libro "La más cara"


Salón Arte Objeto, AIRE,  VI Bienal WTA, México 2011,
Premio a la excelencia libro "La más cara"



miércoles, 21 de octubre de 2015

Arte en el Cielo

Cuando vivía en Montevideo, frente a la embajada de Japón, solía cruzar a la biblioteca y prestarme libros sobre su cultura.
Reverso de una cometa, con
bambú de 200 años de antigüedad.





Una vez encontré un precioso libro sobre las cometas japonesas, donde se  apreciaba la  sabiduría y  destreza con la que en Japón construyen estos gallardos invasores del aire, hechos de bambú 
y papel. Mostraba las cometas gigantescas que hacían los estudiantes universitarios en sus batallas de cometas, y  también aquellas del tamaño de una uña, que podían volar con el viento de un ventilador…

Keiji Uematsu, "Cono invertido, amarillo rojo",
208 x 208 cm.







Me apasioné con ellas, y se me ocurrió que sería lindo aprovechar nuestro viento primaveral  y la creatividad de los jóvenes, y hacer un festival de cometas en la playa, con la colaboración de  los estudiantes de Diseño de Producto y  Textiles del Centro de Diseño, y así se lo plantee al Director italiano,  a quien le pareció una idea peregrina.








 Pocos días después, él me mostró todo entusiasmado una carta acompañada de una foto de periódico que le había enviado un amigo desde Italia, con las cometas itinerantes del Instituto Goethe y la Embajada de Japón.
 Busqué y busqué información, hasta que conocí a Dorothea, una alemana que había trabajado como curadora  en el Museo de Ulm, y daba clases de Arte Contemporáneo Alemán en el taller de Marivi Ugolino.
Minoru Onoda, pintando un "Arrecife celeste de corales"
cometa Tosa, 282 x 282.

 Le comenté mi inquietud, y ella me dijo que estaba por viajar a Alemania, y me iba a traer el catálogo de las cometas. Esta mujer tan amable me trajo también tres catálogos bellísimos de la obra de Eva Hesse, de quien solo había oído hablar.  Y mis amigos  de Bellas Artes tomaron fotografías para la diapoteca del ahora Instituto. Así es como se logran algunas cosas…

Robert Rauschemberg,vinendo volar
su "Sky House"
Añad"Sky House" (Casa celeste). Acrílico,
collage de sedas, 372 x 248 cm.




Günther Uecker, "Caida" 160 x 160 cm.
























Y como una excelente ley de Murphy, las cometas llegaron a Montevideo pocos meses después de nuestra venida para Bolivia, en el 96, cuando la ciudad era capital Cultural Iberoamericana… (Asi fue como me perdí también el concierto de Jose Van dam  -El maestro de Música- que cantó en el teatro Solís y en la explanada Municipal…)




Otto Piene, "Sterntaler", cielo, estrellas y brillo de oro
 para emprender la "Conquista pacífica del alma"






Pero lo más importante para mí, fue  que en uno de sus viajes a Bolivia, mi hija me trajo el catálogo, que pesa más de dos kilos. Y si bien Arte en el Cielo, la colección de cometas artísticas, voló entera una sola vez, los días 1 y 2 de abril de 1989, -ya que en el primer vuelo algunas se perdieron-, en esa época, las comunicaciones no eran tan fáciles como hoy, y por eso fue tan difícil para mí acceder  a la información, a la que creo muy válida todavía hoy, 26 años después.


El catálogo, en inglés y español, es de la Exposición de Sevilla de 1992.


La cometa, elemento común a todas las culturas, y a todas las civilizaciones, es  un juego milenario, un lenguaje universal.  En esta ocasión,  Arte en el Cielo  fue el resultado final del la idea y el proyecto del Dr. Paul Eubel cuando era Director del Instituto Goethe en Osaka, que trató a la cometa como objeto de diseño artístico, de creación.

José de Guimarens, "O guerreiro",
 acrilico, polvo de metal, trozos de espejo.
Forma libre, 435 x 260 cm.
Jose de Guimaraes con el equipo constructor


Participaron como invitados, más de un centenar de artistas de 20 países a quienes se les envió una caja con el papel que ellos debían intervenir para esta original contribución, y expertos artesanos japoneses convirtieron estas propuestas en objetos apropiados para volar.




De las muchas fotografías en el catálogo seleccioné algunas de las que  me interesaron más.Entre ellas, llama la atención el “Oiseau amoureuse“ de mi admirada Niki de Saint Phalle, por ser  la de la única mujer participante.

Niki de Saint Phalle, "L'oiseau amoureuse" (El ave enamorada)

Hoy estaba revolviendo mi biblioteca, buscando un documento que debí guardar dentro de algún libro, y el destino quiso que abriera el libro en la página que muestra  una de las cometas más hermosas,  la del artista austríaco Friedensreich Hundertwasser…   “Zikadenflug, floating wáter”, El vuelo de la cigarra.

Friedensreich Hundertwasser, "ZIkadenflug" (El vuelo de la cigarra) Xilografía a 28 tintas. 31 x 34 cm.


 “Esta pequeña cometa es una obra de arte total, resultado del encuentro entre Oriente y Occidente. Configurada por un pintor que combina en su obra elementos occidentales y orientales, la talla y la impresión, en calidad de xilografía, se hicieron en Kioto por dos maestros de su especialidad. Y, finalmente, la cometa fue provista del frágil cuerpo de la cigarra,  que corrió a cargo de Masaaki Sato, en Nagoya. Este artesano produce cigarras, abejas, abejorros, y otras cometas-insecto, con arreglo a una forma procedente del periodo Edo, o sea que tiene 200 años de antigüedad. La misma edad del bambú del armazón, “susudake”, bambú que formó parte del envigado de una casa, donde, con los años y el humo, adquirió la preciada tonalidad de siena tostado.

Siguiendo la tradición, a la cometa-cigarra se le puso un zumbador de madera, ”unari”, cuya fibra debidamente tensada produce con el viento el típico chirriar de aquel insecto.”  (Del catalogo)

domingo, 11 de octubre de 2015

Los Azulejos textiles de Felipe Maqueira



Felipe Maqueira acaba de exponer (del 29 de setiembre al 11 de octubre) en el Museo del Azulejo de Montevideo, una hermosa muestra de sus azulejos textiles.

 En la impecable presentación de José Gómez Rifas, el autor se pregunta: “¿Azulejos de tela? Pensar en opuestos, en disparidades transgresoras es un enfoque valido de la creatividad contemporánea. Así lo concibió el curador A. Torres en una convocatoria del C.E.T.U. (Centro del Arte Textil del Uruguay) en el Museo Municipal del Azulejo de Montevideo.

Allí F. Maqueira nos conmovió con una pequeña obra, fina y sugerente. La dimensión breve de la pieza, le permite una manipulación íntima y confidente. El artista acumuló y superpuso prolijamente cortes de tela encontradas, de la misma superficie, el último que depositó fue un fuerte lienzo, plano y crudo. En la superficie del mismo fue realizando sucesivos recortes, rítmicos, en profundidad, llegando a los diversos extractos inferiores que fue recortando, calando, plegando. Descubre así, a la manera de arqueólogo. Los nuevos hallazgos visuales, los fijó con “alfileres de cabecita” que pasaron a formar parte de la obra. Puntadas libres, expresivas, muy “fait á main”. Los dibujos, productos del recorte evocan los de los azulejos clásicos de revestimiento, de remotas raíces árabe-mudéjares y los fabricados en la Villa de Desvres en Pais de Calais, Francia. Los ejercicios compositivos contenidos dentro del cuadrado son muchas veces mándalas ortogonales en los que juega un rol básico el centro, las medianas y las diagonales. Otras veces las composiciones son más libres.





El artista además, repara en la obra de la artesana “gaucha”, Inge Spieker que retoma la antigua técnica de bordado realizado por artesanos árabes de la diáspora portuguesa, en el pueblo de Arraiolo.

Sobre esta propuesta exitosa  del 2010, el artista comienza un proceso de seriación y estudio de piezas similares, realizando así una exploración e investigación propia, personal, que culmina con la colección que hoy presenta."




Ayer comentaba con una joven amiga, lo bueno que es haber conocido  personas inolvidables,  y tener tan buenos recuerdos.




A pesar de la distancia, eso es lo que me ha pasado con Felipe Maqueira.
Nos conocimos hace más de 30 años, cuando ambos participábamos en el Vto. Encuentro Nacional de Tapicería, en 1982, en la Galería Latina de Montevideo. Claro que el ya hacía muchos años que trabajaba con textiles y sus obras eran seleccionadas en Encuentros y exposiciones colectivas. Su obra , “Serie del comienzo del crudo final” hecha con técnicas mixtas donde incluía junto al algodón y la lana el celofán y otros materiales, simplemente me maravilló.


Poco después coincidíamos nuevamente, como socios fundadores del CETU, en aquel momento, Centro de la Tapicería Uruguaya.

A los tapicistas y textilistas, el tiempo nos resulta escaso, pero cuando hay empatía, los pocos momentos de relacionamiento, son muy intensos. Con Felipe siempre me sucedió lo mismo, nos entendimos, casi sin hablar demasiado. Yo sabía de sus viajes a Europa como investigador en diseño, y posteriormente a la India, de donde regresaba maravillado.


 Siempre me ha encantado su sentido del humor y su generosidad para compartir, como cuando me llevó a casa los libros que traía de sus viajes, como el de Jack Lenor Larsen y Mildred Constantine, Beyond Craft, the Art Fabric, en los que pude descubrir el Fiber Art Norteamericano, y La Nouvelle Tapisserie de Andre Kuenzi, diciéndome que tuviera en cuenta que “en arte textil, sale un libro cada diez años”, y en Montevideo era difícil acceder a ellos en los 80.

Así fue como pude estudiar la historia del Arte textil Contemporáneo, con los libros de Felipe y los catálogos de Ernesto, y después compartir con Atoni Starczewski y Arline Fisch, cuando ellos llegaron a Montevideo, a fines de los 80.







Recuerdo un encuentro con Felipe en la Plaza Independencia, en el que me contó de su último viaje a París, y de la obra de Christo envolviendo el Pont Neuf, que acababa de ver. Debió ser en el 88 porque posteriormente viajé, y todavía quedaban las resonancias del acontecimiento.






Cuando le conté que nos veníamos para Bolivia, me dejó un paquete para mi nueva vida, (siempre Felipe y su sentido del humor)… dentro había una toalla de felpa con la bandera uruguaya, que conservo y atesoro.




Felipe ha seguido siempre incansable, cooperando y organizando en lo colectivo, dedicándose al diseño, y luego, al vestuario de teatro a partir del 91. Actualmente, y después de haber recibido premios entre los que se cuenta la Beca Paul Cezanne del 89, el Morosoli de Plata del 2003, y el Florencio al mejor vestuario, del 2007, comparte sus conocimientos y experiencia, como docente del área textil en Escuela Universitaria Centro de Diseño. EUCD de Montevideo.





Y  asi termina la presentación, José Gómez Rifas: “También los azulejos “art nouveau” de estética inglesa,francesa, alemana e italiana motivaron a F. Maqueira a reinventar su obra textil. Su “tapiz de azulejos”, recreado para el encuentro textil del C.E.T.U refleja al decir del curador, una fina atmósfera de poesía  finisecular con raíces románticas. El propio clima del fastuoso y decadente hotel del Lido, en la época que recrea Luchino Visconti en su film “Muerte en Venecia”.





F. Maqueira, creador refinado y sensible necesita como muchos otros, espacios de más visibilidad de la obra, reales y virtuales en los nuevos soportes, para el goce estético más masivo de múltiples espectadores, a eso apostamos con esperanza.

Gracias Felipe, por tu aporte sustancioso, e incondicional al textil nacional, hoy, más allá de todas las fronteras, por compartir tu sueño mágico y fantástico de “alicatar con telas”.

Y gracias a ti, José Gómez Rifas, por tus palabras que me ayudan a acortar la distancia.

jueves, 1 de octubre de 2015

Las esculturas en fieltro de Maria Carmen Von Linsingen

COR'rompida, julio 2015, MAB
Maria Carmen Von Linsingen es una artista textil brasileña que vive en Blumenau, Santa Catarina. 
Nacida en Florianópolis, se graduó en Educación Artística (1976) en la  Univ. Federal de Santa Catarina.

En la exposición colectiva"Entre nos, quem sois vos?"
Pude experimentar el enorme placer de conocerla personalmente y compartir su contagiosa alegría cuando viajé a San Pablo en el 2013, invitada para participar en la tercera edición de TeNet, (Tecendo na Net), momento en el que tuve oportunidad de encontrarme con más de 60 artistas textiles llegados desde muchos puntos de Brasil y de San Pablo, lo que resultó una experiencia extremadamente enriquecedora.

El día anterior al Encuentro,  Maria Carmen nos alcanzó a Ludmilla Ciuffi, Andrea Eimke y a mí, en el SESC Belenzinho de San Pablo, para visitar la exposición de las Rendas Brasileiras. Ella bajó  directamente del avión que la traía desde Blumenau, para poder tener un primer encuentro con las que habíamos llegado del exterior, y que nos conocíamos a través de la web…

Desde ese momento, hemos estado en contacto, y he podido apreciar su trabajo, como creadora de esculturas en fieltro, con las que ha realizado varias exposiciones individuales. Nos Casulos, fue expuesta por primera vez en agosto de 2014 en las salas del MAB, Museo de Arte de Blumenau.
  


Texto de la autora






 Mañana 2 de octubre estará presentando nuevamente su instalación Nos Casulos, en  La Casa da Cultura Dide Brandao, Fundacao Cultural Itajai, S. C.



Vista del Salon.


Detalle de los casulos.

Los casulos (capullos) están hechos de manta de fieltro teñida en colores, y dentro se puede encontrar toda una serie de sorpresas,fruto del sentido del humor de  su autora: residuos de metal, cargadores de celular, agujas sin punta, cuerdas de violín, capullos de seda, piedras semipreciosas, pelotas de ping pong, burbujas de plástico, canicas, hilos de seda, tejidos de seda…







El publico interactuando








En la primera presentación en el MAB, se pudo apreciar la facilidad con la que el público interrelaciona con las obras.









En su ultima exposición individual en el MAB,  COR’rompida, expuesta el pasado mes de julio, 2015, Maria Carmen trabaja el fieltro también en forma escultórica pero totalmente diferente.

A las  750  esferas de fieltro, creadas capa sobre capa, y cortadas limpiamente para lograr las 1.500 semi- esferas que constituyen la obra protagonista, debemos agregar una larga serie de esculturas en fieltro, cuya presencia se debe al corte... algo impensable, pero impresionante de color y  propuesta.














Además de sus creaciones en fieltro, esculturas y prendas wearables, esta incansable mujer teje en telar y realiza hermosas piezas únicas en shibori, rootstyle, que comercializa a través de su propia firma en Blumenau, Engenho do Pano. Con generosa actitud, comparte sus descubrimientos a través de videos en los que muestra su quehacer.
En diálogo con la artista, ella dice que comenzó a trabajar con las esculturas, sin saber que era capaz de tantas osadías, ... y su risa es contagiosa. 





Maria Carmen llegó hasta Cochabamba el año pasado, junto con Ludmila Ciuffi, sensible artista textil, y  anfitriona  de mi estadía en San Pablo en ocasión de la Tenet. Ellas me acompañaron en la inauguración de mi exposición “Ritmo, Color, Transparencia” en el Centro de la Fundación Simón I. Patiño.




Resulta muy hermoso y gratificante poder experimentar la amistad que nos permite el ser colegas y compartir intereses en una actividad tan enriquecedora como lo es para muchos de nosotros la creación textil, que traspasa y elimina las  fronteras.





jueves, 17 de septiembre de 2015

"Entre puntadas", de Erika Ewel

"Laberintos" Serie. 45 x 45 cm. 2915
El pasado jueves 10 de setiembre se inaugurò en la Galeria “Blanco” de La Paz, la exposición “Entre puntadas” de la conocida artista boliviana Erika Ewel.
Erika Ewel, (Santa Cruz 1970) vive y trabaja en La Paz. www.erikaewel.com
He venido siguiendo su obra  desde que llegue a Bolivia en el 96.
En esta exposición, presenta obras verdaderamente textiles, y quizás sea la primera vez que la costura y los bordados son los principales protagonistas, aunque han estado presentes de algún modo en muchas de sus obras. Una nueva audacia…
La artista me cuenta que comenzó a expresarse a través del collage… y de este modo, inserta dibujos en óleos, otras veces son bordados casi imperceptibles sobre lienzos pintados al óleo, y otros elementos, a veces metálicos, como los corazones y la cadena que los une en su “Tríptico dorado”, una obra de 1996, que forma parte de una serie con el tema de “Mujeres cautivas”. Esa obra me resulta tan intensa, que casi siempre la identifico con ella.
Erika usa el dibujo, la serigrafía, las fotografías, muchas veces de familiares, que relaciona con recuerdos,  (nostalgias de su propio ser?) y donde la mayoría de las veces son figuras femeninas….
Porque es lo que más le motiva, expresar lo femenino, desde una mirada delicada e intimista. 
"Paisaje bordado", 37 x 37 cm. 2015
Quizás es por eso que sus dibujos de vaginas, y sus oleos y fotografías de su propio cuerpo desnudo, mostrándose desde su propio punto de vista, hacen pensar en la situación de la mujer, pero no ofenden.

Esto va de acuerdo con los títulos de sus series… “La Mujer rota”, “Mujeres cautivas”, y muchas más a lo largo de estos veinte años de producción artística.
El “Tríptico dorado” al que hago alusión, fue analizado en el libro “La ciudad imaginaria, un análisis sociológico de la pintura contemporánea en Bolivia “ de Alicia Szmukler. "
Dice la autora:"En el pensamiento cristiano occidental, el corazón es el lugar de los sentimientos y los afectos; empero, para las culturas tradicionales, es el espacio de la inteligencia y la intuición. Así, los corazones como extremos de una vagina imaginaria, replantearían el tema de la sexualidad femenina, desobjetivizàndola: el sexo, no como objeto, sino humanizado, humanización que no implicaría únicamente una actitud afectiva, emocional, sino también mental, cerebral, por parte de la mujer. Se trataría de una aproximación feminista a la sexualidad."
 
"Triptico dorado" 165 x 111 cm. 1996
Hace un tiempo, Erika me mostró algunas obras de su quehacer actual, que incluyen costura y bordado, de un modo más explícito que en las anteriores.
Estas obras son las que forman parte de su última exposición,” Entre puntadas”
Viéndolas, recibí respuesta a mis interrogantes, ya que no tenía muy claro el porqué de este protagonismo de la aguja junto al pincel, al tinte, y al desgarrado, que forman parte, si, de mi propio mundo.
Erika me explica que empezó muy temprano a incluir el bordado en sus obras. Y ahí surge como ejemplo una vez más, el "Tríptico dorado" del 96, donde ella borda unas flores de lis para enfatizar la impronta femenina, ya que está convencida de que la actividad del bordado está asociada a la mujer, incluso cuando ella está inserta en el mundo moderno… pero se trata de una inserción a medias: cumple los roles que la nueva sociedad le reclama, reflexiona,  pero sin abandonar los que la ¿antigua? sociedad le requería. Los corazones están unidos por una especie de hilo encadenado cosido al lienzo, agrega, lo cual intentaría crear una sensación de sufrimiento y martirio porque la acción involucra a un objeto punzante que atraviesa una y otra vez el lienzo. 

Sigue su relato hablándome de su serie de los “Wallpapers”, unos empapelados setenteros que su esposo encontró en  el depósito de sus padres… “estos empapelados significan todos los conceptos que contiene mi obra: lo cotidiano, lo femenino, el diseño en patrones, lo íntimo”.

En esta propuesta, veo pintura, manchas, teñido, desgarrados, 
"Manto"158 x 117 cm.2015




Erika me dice que las manchas la llevaron a definir el siguiente paso con las telas. De este modo, rescató telas de viejos tapizados y empezó a jugar con ellas. “No es tan lúdico como el collage (que inicié en Brasil en los 90) y es la primera vez que me animo con una máquina de coser… pero como soy testaruda y sigo hasta que salga la cosa, ahí voy. Soy de las que me aburro, no repito series, sino elementos y conceptos, admito que esa es una constante en mi trabajo.”







sábado, 5 de septiembre de 2015

Arte y Poesia para coser el mundo...


Maria Lai, Ulassai 1919, Cardedu 2013, Cerdeña, está considerada como una de las voces más  singulares del arte italiano desde el final de la Segunda Guerra.

Empecé a interesarme en su obra a partir de un artículo que encontré en la web sobre una exposición del  Museo Madre de Napoles en 2008,”Ricucire il mondo” . He seguido investigando sobre la obra fascinante de esta gran artista y su interés por lo femenino y las antiguas tradiciones de su tierra natal y quise dar a conocer algo de su producción, que es vastísima.



 “Ciò che appare, cio è la cultura contemporanea, che senz’altro ho acquisito fuori dalla Sardegna, e che mi permette un dialogo col mondo, è solo la punta dell’iceberg. [...] Ho dietro di me millenni di silenzi, di tentativi di poesia, di pani delle feste, di fili di telaio”.



 Nunca tuve oportunidad de visitar Cerdeña, y tampoco el Sur de Italia, de donde eran oriundos dos de mis bisabuelos, pero he quedado atrapada por la obra de esta artista que estuvo en el mundo el mismo tiempo que mi madre, una mujer que de algún modo también “cosió” nuestro mundo.

Maria Lai nació en Ulassai el 27 de setiembre de 1919.

El paisaje de Ulassai, en la isla de Cerdeña donde transcurre su niñez, es áspero y luminoso, con paredes rocosas entre valles barridos por el viento. Su salud enfermiza hizo que se  quedara  a vivir  hasta el fin de su infancia con sus tíos que vivían en el campo, evitando la  inserción en la escuela y permitiéndole prolongar el tiempo de la libertad. En el campo su juego favorito fue garabatear las paredes de su habitación. 
A la niña de viva imaginación, cuya vida transcurría entre actividades domésticas  de índole femenina,  todo le incentivaba la curiosidad, cargándolo  de significado. Crecía feliz inventando historias, pero la soledad de su infancia le iba a reservar un  impacto difícil con el mundo externo, que llegaría a sus nueve años, al  iniciar contacto con la escuela pública en Cagliari.
De adolescente, Maria conoce al escritor Salvatore Cambosu, su profesor de italiano, con el cual aprende a leer y amar la poesía.
A los quince años, logra convencer a su familia de mandarla a tomar lecciones con Francesco Ciusa y sucesivamente, con el pintor futurista Gerardo Dottori, presente en Cagliari por un breve perìodo.
Su especial talento para el dibujo y la tempera hace que sus padres la envíen a la Península, y en  1940 deja Cerdeña para inscribirse  en el Liceo Artístico de Roma. Su encuentro con Marino Mazzacurati en Roma, y luego con Arturo Martini y Alberto Viani en el curso de escultura de la Academia de Bellas Artes de Venecia, donde es la única mujer aceptada (1943 al 45) serán determinantes para su formación.
Después de la guerra, de regreso a Cerdeña, se reencuentra con Salvatore Cambosu, con el que mantiene una intensa amistad, y  será su sostén en uno de los momentos más críticos de su trabajo como artista. Con Cambosu, entre 1945 y 1954 recupera energías y confianza para reemprender su camino y regresar a Roma.  

En los 50, toma contacto con los nuevos fermentos que transforman el mundo del arte, como el desarrollo de lo Informal,  el Arte Povera y el Arte Conceptual en los 60. De estos movimientos, ella desarrollará un especial interés en los materiales, en especial los orgánicos, así como aquellos relacionados con la civilización pre-industrial. Estos intereses se iban a ir filtrando a través de una sensibilidad absolutamente individual.
En los 60, se distancia cada vez más de los círculos artísticos, y se compromete más profundamente con desarrollos literarios y poéticos, a través de sus contactos con autores como Giuseppe Dessi, a quien reencuentra en 1956, y juega un papel fundamental en su formación, permitiéndole redescubrir el valor de las leyendas y de la Historia de Cerdeña. A partir de este periodo, la relación con las tradiciones de su tierra se vuelve central en su trabajo, donde se mezclan una mirada conceptual con una matriz antropológica. Junto con el dibujo, su producción se ve enriquecida con temas y materiales cercanos a una cultura antigua y popular como en el caso de sus esculturas de pan, en sí mismo un producto llano y perecedero, que está muy ligado con la vida de todos los días y el trabajo de la mujer.



Durante los 70, la artista también crea una serie de obras muy importantes con respecto al desarrollo de su lenguaje artístico, que ella denomina “telai” (telares), obras que combinan pintura y escultura y en las cuales la antigua tradición de tejer estará abierta a nuevas posibilidades de composición. 




Aquí la verdadera estructura del telar, la urdimbre y el cruce de la trama son elementos que la artista interpreta y elabora con absoluta libertad de composición, para evocar la intimidad y el diario cuidado en un mundo de gestos femeninos, y produciendo obras que mezclan abstracción y paisaje, color y materia, gesto y composición.
Como los telai son obras tridimensionales, abandonan la dimensión de la pintura, y en ellos, dira la crítica, “la técnica y los instrumentos para tejer son transformados en un lenguaje formal que crea un diálogo íntimo con artistas como Anni Albers, Louise Bourgeois y Greta Bratescu.”

Geografias y Libros son series que la artista produce a fines de los 70. En la primera, la historia se organiza alrededor de grandes composiciones hechas con telas y bordados que representan los planetas, constelaciones  y geografías imaginarias,  



mientras  que los libros están entre sus más conocidas creaciones. (En 1978 presentó su libro hoy muy celebrado, “Scalpo”, en la Bienal de Venecia)
Entre ellos, la Leggenda del Sardus Pater, 1990, es uno de los ejemplos más importantes. Aquí, los atados entre tejido, bordado y escritura se vuelven intensos y apretados, el eco de una relación que evoca los comienzos de la narrativa antigua.





"En todo el trabajo de Maria Lai, el gesto de tejer se vuelve una meditación conducida en soledad, una reflexión intima acerca del significado de la comunidad, historia y tradición, un poético intento de recrear un puente entre el pasado arcaico y el presente en el que la memoria y la transmisión parecen haber perdido su valor."


A lo largo de su larga vida, la obra y la personalidad de Maria Lai cruzo todas las fronteras desde su Cerdeña natal, para ser considerada hoy, una artista universal. En 2014, a un año de su muerte, las tres ciudades sardas de Cagliari, Nuoeo y Ulassai le dedicaron una gran retrospectiva.