Cuando vivía en Montevideo, frente a la embajada de Japón, solía
cruzar a la biblioteca y prestarme libros sobre su cultura.
Reverso de una cometa, con bambú de 200 años de antigüedad. |
Una vez encontré un
precioso libro sobre las cometas japonesas, donde se apreciaba la sabiduría y
destreza con la que en Japón construyen estos gallardos invasores del
aire, hechos de bambú
y papel. Mostraba las cometas gigantescas que hacían los
estudiantes universitarios en sus batallas de cometas, y también aquellas del tamaño de una uña, que
podían volar con el viento de un ventilador…
Keiji Uematsu, "Cono invertido, amarillo rojo", 208 x 208 cm. |
Me apasioné con
ellas, y se me ocurrió que sería lindo aprovechar nuestro viento primaveral y la creatividad de los jóvenes, y hacer un
festival de cometas en la playa, con la colaboración de los estudiantes de Diseño de Producto y Textiles del Centro de Diseño, y así se lo
plantee al Director italiano, a quien le
pareció una idea peregrina.
Pocos días después, él
me mostró todo entusiasmado una carta acompañada de una foto de periódico que
le había enviado un amigo desde Italia, con las cometas itinerantes del
Instituto Goethe y la Embajada de Japón.
Busqué y busqué
información, hasta que conocí a Dorothea, una alemana que había trabajado como
curadora en el Museo de Ulm, y daba
clases de Arte Contemporáneo Alemán en el taller de Marivi Ugolino.
Minoru Onoda, pintando un "Arrecife celeste de corales" cometa Tosa, 282 x 282. |
Le comenté mi
inquietud, y ella me dijo que estaba por viajar a Alemania, y me iba a traer el
catálogo de las cometas. Esta mujer tan amable me trajo también tres catálogos
bellísimos de la obra de Eva Hesse, de quien solo había oído hablar. Y mis amigos
de Bellas Artes tomaron fotografías para la diapoteca del ahora
Instituto. Así es como se logran algunas cosas…
Robert Rauschemberg,vinendo volar su "Sky House" |
Añad"Sky House" (Casa celeste). Acrílico, collage de sedas, 372 x 248 cm. |
Günther Uecker, "Caida" 160 x 160 cm. |
Otto Piene, "Sterntaler", cielo, estrellas y brillo de oro para emprender la "Conquista pacífica del alma" |
Pero lo más importante para mí, fue que en uno de sus viajes a Bolivia, mi hija
me trajo el catálogo, que pesa más de dos kilos. Y si bien Arte en el Cielo, la colección de cometas artísticas, voló entera una sola vez, los días 1 y
2 de abril de 1989, -ya que en el primer vuelo algunas se perdieron-, en esa
época, las comunicaciones no eran tan fáciles como hoy, y por eso fue tan
difícil para mí acceder a la
información, a la que creo muy válida todavía hoy, 26 años después.
El catálogo, en inglés y español, es de la Exposición de Sevilla
de 1992.
La cometa, elemento común a todas las culturas, y a todas
las civilizaciones, es un juego
milenario, un lenguaje universal. En
esta ocasión, Arte en el Cielo fue el
resultado final del la idea y el proyecto del Dr. Paul Eubel cuando era Director
del Instituto Goethe en Osaka, que trató a la cometa como objeto de diseño
artístico, de creación.
José de Guimarens, "O guerreiro", acrilico, polvo de metal, trozos de espejo. Forma libre, 435 x 260 cm. |
Jose de Guimaraes con el equipo constructor |
Participaron como invitados, más de un centenar de artistas
de 20 países a quienes se les envió una caja con el papel que ellos debían
intervenir para esta original contribución, y expertos artesanos japoneses
convirtieron estas propuestas en objetos apropiados para volar.
Niki de Saint Phalle, "L'oiseau amoureuse" (El ave enamorada) |
Hoy estaba revolviendo mi biblioteca, buscando un documento
que debí guardar dentro de algún libro, y el destino quiso que abriera el libro
en la página que muestra una de las
cometas más hermosas, la del artista
austríaco Friedensreich Hundertwasser… “Zikadenflug,
floating wáter”, El vuelo de la cigarra.
Friedensreich Hundertwasser, "ZIkadenflug" (El vuelo de la cigarra) Xilografía a 28 tintas. 31 x 34 cm. |
“Esta pequeña cometa
es una obra de arte total, resultado del encuentro entre Oriente y Occidente. Configurada
por un pintor que combina en su obra elementos occidentales y orientales, la
talla y la impresión, en calidad de xilografía, se hicieron en Kioto por dos
maestros de su especialidad. Y, finalmente, la cometa fue provista del frágil
cuerpo de la cigarra, que corrió a cargo
de Masaaki Sato, en Nagoya. Este artesano produce cigarras, abejas, abejorros, y
otras cometas-insecto, con arreglo a una forma procedente del periodo Edo, o
sea que tiene 200 años de antigüedad. La misma edad del bambú del armazón, “susudake”,
bambú que formó parte del envigado de una casa, donde, con los años y el humo, adquirió
la preciada tonalidad de siena tostado.
Siguiendo la tradición, a la cometa-cigarra se le puso un
zumbador de madera, ”unari”, cuya fibra debidamente tensada produce con el
viento el típico chirriar de aquel insecto.” (Del catalogo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario