Hace
dos años, tuve el privilegio de conocer a Tatiana Rivero Sanz, una artista canadiense (fotógrafa, poeta, escultora) nacida
en Barcelona, y
la oportunidad de publicar una extensa entrevista en la excelente revista Arte,
dirigida por Alicia Haber. Comparto algunos fragmentos de aquel reportaje, para
dar cuenta de su actividad actual.
Tatiana en el estudio, con la mariposa. |
…““empecé a dedicarme en serio
a la fotografía, poesía, escultura, baile… hace ocho años… simplemente ya no
pude más, - me confió Tana- tenía que sacarlo todo fuera… al principio escribí poesía
para poder contar mi historia…, pero no sé muy bien cómo, de repente empecé a
crear mis propios mundos en el estudio y ahora la poesía es el final del
proceso…”
Así Tatiana, Tania, o Tana, Onceuponatimetana,
como la conocí a través de la web, construye sus esculturas en las que el aire
es protagonista, y revela su ímpetu
interior danzando a su alrededor… Aquella danza que había sido tan
prohibida para ella desde su niñez y adolescencia, termina liberándola para continuar su camino,
el de la fotografía, mientras canta en
su interior los haikus que le ayudaron a expresarse.
La paradoja desaparece... |
Ella me contaba… “Estaba tirada en la cama, todavía
dolorida por la caída, los ojos en el techo, cuando comprendí que no podría
continuar con mi proyecto de tomar fotos de la Naturaleza alrededor de la casa…
simplemente no iba a poder hacerlo teniendo en cuenta aquellas alturas…
Era una noticia terrible.
Mis pensamientos se detuvieron. Me encontraba en un
mar de silencio. Cuando oí una voz diciendo: “Toma fotos adentro”.
“Adentro? Miré mi dormitorio, por qué
iba a tomar fotos del interior de mi casa cuando quería hacerlo afuera?? Otra vez, la sabia voz dijo: “Adentro,
adentro. “Adentro, adentro”, me repetida a mí misma tratando de asentir.
There are gaps... |
Finalmente, comprendí. Debía tomar fotos de mi
mundo interior, documentar mis paisajes, mis memorias, mis pesadillas.
Los hombres se llevaron los muebles de mi
dormitorio, tan grande como para crear un estudio para mis esculturas, y decidí
pintar las paredes con colores de fuego, naranja y rojo. Mi sueño empezó a
cumplirse.”
Tana, tu expresión nace de una idea que luego se
transforma en una escultura, en una instalación que promueve la danza, y la
escritura, que estuvo al principio de todo, reaparece al final…
"Si, Bea, tú conoces mis fotos, que nacen de un proceso
que supone crear una instalación. Primero, creo un par de esculturas en el
taller, que representan un dilema, un antagonismo. Allí, se desarrolla entonces
una historia en la que bailo, y me vuelvo parte del espacio y de las telas,
mientras al mismo tiempo tomo fotografías. De mi y del espacio… De este modo,
estoy de los dos lados de la cámara."
Los materiales que usas para realizar tus esculturas,
son textiles…
"Si, mis materiales favoritos son:
La tela de tutu (por su
delicadeza... en las fotos es casi como una bruma... y también porque refuerza
el tema del baile, y pertenece al universo de la mujer, las ramas de árboles,
el papel y las telas sedosas.
Para mí es importante que visualmente mis esculturas hablen de la
mujer...”
Este último año, ha sido muy intenso en viajes y exposiciones, para esta
ciudadana del mundo. Bretaña, París, Roma, Milán, Nueva Orleans, Atenas, y de
regreso, Vancouver…
Tana me cuenta de sus últimas
experiencias, que la han llevado a una nueva manera de expresarse… la
fotografía-retrato, en La Silla Mágica..
"A
veces las cosas nos encuentran… yo tuve que coger un avión, cruzar un
continente y un océano hasta llegar a mi primera silla mágica, en Grecia. Sin
pensar, como siempre, acepte participar en un Simposium de Pintura
Internacional… yo estoy habituada a pintar las paredes de mi estudio…. a lo
salvaje…. sin nadie alrededor, sola, perdida en mi mundo… pero aquí en el ático
del hotel donde nos encontramos todos los participantes del Simposium, sólo había
un lienzo de tamaño mediano para cada uno y todos a mi alrededor pintaban con
suma compostura, con pincel! Por un momento pensé… no puedo.
En Atenas. |
Entonces,
respiré… metí la mano en mi bote de pintura negra y empecé a salpicar, a
maltratar mi lienzo, sacando toda la furia que tengo dentro, como siempre hago…
luego, abrí el bote de pintura blanca y lo mismo…. Eso me hizo sentir mejor.
Pero el caso es que mi pintura va unida a la fotografía, así que una vez que mi
lienzo tenia forma… miré alrededor, silencio… todos seguían pintando, todos
limpios, todos cuidadosos… yo para entonces ya estaba cubierta de pintura… sonreí
para mí misma y pensé “no tengo remedio”.
En Atenas, diálogo entre esculturas antiguas y esculturas humanas, body painting, painting Photography |
Cogí
una silla que había al lado y la coloqué frente a mi lienzo, busqué la cámara
que estaba en mi mochila y me fui preguntando uno a uno si querían posar en mi
“estudio miniatura”.
Uno
a uno dijeron que sí, por delicadeza primero, después por curiosidad y al
final, después de tres días y de haber visto los resultados… acabé teniendo una
cola de artistas que me pedían sentarse en mi silla. Después de cada sesión fotográfica,
yo volvía a pintar y repintar el lienzo. Fue maravilloso.
En Atenas, body painting... |
Y
me di cuenta con cada sesión…. de que yo había llegado a esta silla… que esto
era algo que yo tenía que hacer. Un capitulo nuevo en mi modo de trabajar.
Distinto al trabajo en mi estudio, donde yo me adentraba en mi mundo. Aquí, en
apenas quince minutos por sesión, me tenía que adentrar en el mundo interior de
cada uno de mis modelos…. Tenía que conectar con su cara privada, su intimidad,
sus miedos…
Por
fortuna me había traído un tutu de bailarina…. Sentada en el suelo frente a mis
modelos, les ofrecía el tutu, con todas sus posibilidades…. “velo de novia”, “ángel”,
“arlequín”, “mariposa con una sola ala” ..Una tras otra, las mujeres fueron
eligiendo la opción de la mariposa con una sola ala…. Yo les preguntaba:
“seguro?” Y les explicaba que “la mariposa tenía un ala rota”, que si estaban
seguras…. “si” me respondían… Y yo sentía un vacío crecer dentro de mí…. entonces,
les preguntaba: “ok, y qué ala está rota? La derecha o la izquierda? Y me señalaban sin pensar “su ala rota”…. Y
yo con mucho cuidado colocaba el tutu en el otro brazo…. Y nos mirábamos, el vacío
era tan tremendo, yo les colocaba la otra mano sosteniendo su ala rota… y en
silencio, les sacaba la foto…
La mariposa y el libro. |
Con
cada modelo (del grupo de las mujeres) yo volvía a ese espacio vacío,
reprimido, doloroso, oculto…. Para ellas era su primera vez, pero yo las veía
una tras otra elegir la misma imagen…. Y empecé a ver que ese vacío…. Ese lugar
al que ellas me traían…. Era exactamente igual que mi estudio en casa. Sin
haberlo previsto, de pronto estaba de nuevo en un espacio familiar, estaba en
casa…. El ático del hotel había desaparecido, nada importaba… mi vestido blanco
estaba cubierto de pintura, mi cámara estaba cubierta de pintura, chorreones
por todas partes… pero, lo que importaba era esa imagen de alguien roto que yo tenía
que capturar…. Mi cámara era el único testigo, de rodillas, frente a ellas, me entregué...
entendí su dolor y me comprometí a crear una imagen que fuera bella… a que la
belleza, no el dolor, fuera lo que ellas vieran en mis fotos.
Volví
a Vancouver. Y en un mes, tenía mi stand en la feria de arte internacional de
la ciudad y pensé en volver a colocar una silla y un lienzo… y ver si volvía a pasar.
Así
que de nuevo me encontré explicando las posibilidades del tutu… estaba vez
traje un pequeño maletín con una selección de objetos: unas tijeras, dos
caracolas (una pequeña, otra grande), un pajarito origami, un ovillo de lana,
un dedal, una manzana, un espejo…
Vancouver faces |
Vancouver Faces. |
Y
de nuevo, en apenas quince, veinte minutos
me encontraba cada vez en ese
espacio, en ese vacío donde todo duele, donde no se habla, donde sólo los ojos
hablan…. Y con la cámara yo intentaba dar dignidad, dar esperanza, dar compasión
a cada una de las historias, mi cámara, único testigo…
Y
como siempre, sin pensar, apenas dos semanas después, volví a aceptar formar
parte de otro evento, por tercera vez en un corto plazo de tiempo mi “estudio”
era un lugar público, había un lienzo y una silla enfrente de mi… y volvió a
pasar… mis modelos se abrían, les cambiaba la cara, me contaban sus historias,
y yo con toda la dulzura posible les sacaba fotos.
Magia.
Algo mágico ocurre cuando dos personas se encuentran frente a frente y se miran
y se eligen objetos y se sacan fotos. Para mí, como fotógrafa-artista, este
nuevo modo de sacar fotos me ha cambiado... Trabajar rodeada de extraños, me
aterraba…. Pero, en el momento en que hay alguien sentado en mi silla, se me
olvida todo lo demás, solo existe esa persona y yo… y la historia que mi cámara
tiene que contar.
Gracias,
Tatiana
muchas gracias, Beatrice, por tu arte, tu creatividad, tu curiosidad, tus ojoso que lo ven todo, tu gran corazón....
ResponderEliminarGracias a ti, Tana,, que lo haces posible...
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