Edificio del Black Mountain College, en Asheville,Carolina del Norte |
Black Mountain College, 1933-1957 fue una Escuela de artes fundada en 1933 en Carolina
del Norte que alcanzó rápidamente notoriedad internacional, gracias a sus
avanzados métodos de enseñanza y al elenco de grandes figuras que enseñaron y
estudiaron allí. Fue creada como una universidad experimental que ofrecía
una educación interdisciplinaria.
Operando
en un área rural relativamente aislada y con un bajo presupuesto, el BCM
inculcaba un espíritu colaborativo e informal, y durante su existencia atrajo a
muchos profesores distinguidos
John
Andrew Rice, su primer Director, fue un rebelde por naturaleza. Después
de abandonar la enseñanza
de los Clásicos en Florida, en medio de
serias controversias con las directivas de la institución por diferencias
ideológicas y de estilo de enseñanza, Rice
concibió la idea de fundar su propia escuela, basada en los principios de educación progresista de John
Dewey y, junto con
algunos de sus colegas, alquiló un edificio cerca de Asheville, Carolina del
Norte y fundó Black Mountain
College (BMC)
en 1933.
Rice defendió la posibilidad de aunar el humanismo y
el progreso tecnológico y de combinar las enseñanzas artísticas (pintura,
escultura, cerámica y música) con otro tipo de saberes para formar a alumnos
intelectualmente completos. Había talleres de impresión, madera, tejido y encuadernación así como
clases de Historia, Latín, Alemán, Francés, Ruso, Economía, Negocios, Ciencias
sociales, Matemáticas, Química, Física y Granja. Seguidor de la
filosofía de Sócrates, entendía que el alumno, y no los profesores ni los
contenidos, era el eje de la educación y que debían participar en la gestión de
los centros, donde debían reducirse al máximo las jerarquías. La administración
de esta pequeña universidad la llevaban conjuntamente entre los alumnos, los
docentes y las esposas de éstos: unos y otros eran pocos en número: en un
principio sólo se trabajó con una veintena de estudiantes y algo más de la mitad
de profesores.
Me llama la atención la cantidad de mujeres, entre las
estudiantes y entre las profesoras, pero ese hecho me recuerda que John Dewey
era un gran defensor del género femenino.
Los eventos que precedieron a la fundación de Black
Mountain College coincidieron con la llegada de Adolf Hitler al poder, el
cierre de la Bauhaus por parte de los nazis, y el comienzo de la persecución de
artistas e intelectuales en el continente europeo, entre ellos los esposos Joseph y Anni Albers, quienes emigraron a los Estados Unidos y llegaron a Black
Mountain como profesores, sin una palabra de inglés, pero con grandes
habilidades creativas y experiencia en la educación.
La simple acción de haber traído a Joseph y Anni Albers
desde Alemania en noviembre del 33, provocó una fusión dinámica del Progresismo
Americano con el Modernismo europeo.
La presencia de los artistas refugiados iba a ser el catalizador
para la evolución de una comunidad de carácter único. Del lado del Progresismo
americano, había un sentido fundacional un tanto ingenuo, respeto del trabajo
manual y la integración de la vida y el
aprendizaje a través de la comunidad. Del
lado del Modernismo Europeo, una experimentación en el arte y una
Joseph Albers, en una sesión de crítica de los trabajos presentados. |
Haciendo honor a las ideas de John Dewey de “aprender haciendo”
y de la igualdad sin jerarquías, Black Mountain College fue diseñada para ser,
esencialmente, diferente a otras universidades de su época. Los estudiantes
participaban activamente en la toma de decisiones de la institución, y podían
incluso decidir en qué momento estaban listos para graduarse, aunque la mayoría
nunca se graduó. No había requisitos de cursos, restricciones departamentales,
títulos o calificaciones. La escuela ofrecía, al menos inicialmente, un
programa de artes liberales bastante amplio que aspiraba a poner el arte al
alcance de todos, no necesariamente como una actividad profesional, sino como
un medio para desbloquear el pensamiento creativo de los estudiantes en todas
las áreas.
En BMC todos
aprendían de todos. El campus le pertenecía y era manejado por los
docentes, quienes creían seriamente en un gobierno democrático y en la
importancia de las artes en la educación. Fundada durante la Gran
Depresión, la escuela funcionó durante la época de la Segunda Guerra
Mundial, enfrentando serios problemas económicos. Para sobrevivir, profesores y
estudiantes participaban por igual en un programa de trabajo, y eran
responsables de sembrar y cosechar los alimentos, cortar leña, cocinar, recoger
la basura, la construcción y el mantenimiento de los edificios, y un sinnúmero
de otras tareas esenciales para el funcionamiento de la universidad. Esta
cultura de austeridad permeaba todas las actividades, desde las clases, las
producciones teatrales, la arquitectura del campus, y las fiestas durante los
fines de semana. Gran parte del arte producido en Black Mountain es un reflejo
de esta cultura, como las joyas que Anni Albers elaboraba con corchos de vino o
ganchitos para el pelo, o los trabajos que los estudiantes realizaban con hojas
de árboles con Josef Albers, o las creaciones de Ruth Asawa en alambre tejido
con una técnica aprendida de
los artesanos de Toluca, México. Esta economía de medios transformó la
limitación en virtud.
Obra de Ruth Asawa |
A
Rice, le sucedió como rector Josef Albers, hasta 1949, año en que pasó a la Universidad
de Yale. Albers concedió mayor importancia a los aspectos prácticos y
organizativos y compartió con Rice la idea de que había que intentar sacar a la
luz las mejores cualidades del estudiante, también aquellas de las que él no
era consciente, e incidió en la superación de las distinciones entre las
barreras de las artes aplicadas y las Bellas Artes (manteniendo la aspiración
global de ausencia de jerarquías). Se hizo énfasis en los procesos y en
procurar extraer lo mejor de cada alumno.
El tercer y último rector del Black Mountain fue
Charles Olson, poeta a la vez que artista, que subrayó la importancia de
establecer relaciones entre pintura y poesía, y llevó a Carolina del Norte a
figuras de uno y otro campo, como Robert Motherwell, Franz Kline, Wilhelm De
Kooning, Eric Bentley o Paul Blackburn, y también John Cage y Merce Cunningham.
Las formas y métodos experimentales basados en los
procedimientos educativos adoptados por el Black Mountain College tuvieron una
profunda influencia sobre las transformaciones artísticas y sociales de la década
de los sesenta y siguen siendo relevantes hoy en día.
Se dice que Black
Mountain College “fue un caldo de cultivo para muchos de los grandes artistas modernos de
los Estados Unidos durante una época en que los artistas estadounidenses eran
considerados, en gran medida, menos importantes que sus homólogos
europeos”.
Hasta la Segunda Guerra Mundial, las galerías más importantes de
los Estados Unidos exhibían sólo el trabajo de creadores europeos, sin tomar en
cuenta a los locales. En general, se consideraba que era necesario ir a Europa
para ser un verdadero artista.
“Para los fundadores de BMC, era imperativo que en los Estados
Unidos se desarrollara una estética propia que fuera claramente moderna y
claramente americana, que tomara en cuenta las influencias europeas pero sin
salir directamente de éstas. Por ello crearon un espacio excepcional
donde los artistas de todos los medios – pintura, tejido, escultura,
cerámica, poesía, música y danza – pudieran aprender y crear uno al lado
del otro, en un ambiente experimental educativo progresista sin precedentes.
Fue a partir de Black Mountain College que muchos de los creadores
estadounidenses modernos más notables se inspiraron y generaron el arte moderno
típicamente americano”.
Merce Cunningham y la clase de danza. |
La música, la poesía y la danza fueron parte integral de
la vida en Black Mountain y, a partir de 1948, se enseñó formalmente danza
moderna. El programa estuvo a cargo de tres reconocidos
intérpretes-coreógrafos: Merce Cunningham,
Elizabeth Jennerjahn, y Katherine Litz. Black
Mountain fue testigo del nacimiento de la legendaria agrupación Merce
Cunningham Dance Company, y de la célebre obra El Glifo (The Glyph) creada
por Litz. La danza fue también fuente de inspiración de múltiples
dibujos, pinturas, esculturas y fotografías.
Los nombres de muchos
reconocidos artistas están ligados a esta escuela: Peter Voulkos, Karen Karnes,
Robert Motherwell, Willem y Elaine de Kooning, Robert Rauschenberg, Jacob
Lawrence, John Cage, Cy Twombly, Kenneth Noland, Vera B. Williams, Ben Shahn, Franz
Kline, Arthur Penn, M.C. Richards, Francine du Plessix Gray, Charles
Olson, Robert Creeley, Dorothea Rockburne, entre muchos otros.
Algunas anécdotas…
Robert
Rauschenberg (1925-2008) llegó al Black
Mountain en Octubre 1948 junto con su colega
y futura esposa Susan Weil,(1930) ambos interesados
en los talleres del famoso profesor del Bauhaus, Joseph Albers. Como
estudiantes, Rauschenberg y Weil se hicieron f
amosos en el grupo, por recoger materiales de deshecho mientras limpiaban
la basura, transformando un quehacer en una envidiada expedición de
descubrimiento. Este tipo de material recuperado iba a ser integrado en los Combines
(1954–64). Rauschenberg completó sus cursos
en la primavera del 1949 y se instaló en New York. Pero volvió a Black Mountain en 1951 and 1952.
Rauschemberg y Susan Weil en el Black Mountain |
Los encuentros y colaboraciones de
Rauschenberg con otros artistas en BMC
fueron fundamentales para el desarrollo de su sensibilidad artística. En 1951 se
encontró con Cy Twombly en New York, y participó con él en los cursos del Black Mountain ese verano. Ambos volvieron en
la primavera siguiente. Y entonces, Rauschenberg desarrolló una larga amistad con
el compositor John Cage, y el coreógrafo
Merce Cunningham, ambos instructores en la escuela. Cage y Cunningham compartían el interés de Rauschemberg
en la integración de la vida de todos los días con el arte, lo que iba a ser un
tema importante a lo largo de toda su carrera.
En el verano de 1952 Cage organizó una performance que luego se llamaría Theater
Piece No. 1. A veces los estudiantes
se referían a ella como el primer Happening. De acuerdo con Cage, el evento se suponía
que iba a explorar el “purposeful
purposelessness.” Cage daba conferencias
mientras que otros realizaban performances
con temas diferentes. Una vez, Rauschemberg puso discos de Edith Piaf, mientras
Cunningham danzaba alrededor y entre la audiencia, con David Tudor tocando el
piano, y algunas de sus White Paintings (1951) colgando en el
espacio como decoración.
Cage observó que las superficies monocromas White Paintings, sobre las que
se reflejaban los gestos de la danza, producían cambios en la luz y las sombras
del lugar. Luego identificó esas obras como inspiración para su “Silent composition 4'33" (1952).
Después de las White
Paintings, Rauschenberg creó densas composiciones
Por otro lado, y de modo notable, en
el Black Mountain Rauschenberg
se encontró por primera vez con la fotografía. Allí,
concibió su Proyecto -no realizado-, de fotografiar los Estados Unidos, “pulgada
por pulgada.” La cámara se iba a convertir en un utensilio vital para este
artista, tanto para la creación de grabados individuales, como en una Fuente generadora
de material para silografías e inkjet transfers de pinturas posteriores.
Rauschemberg, fotografía en Black Mountain College. |
En el verano de 1948, Elaine de Kooning (1918-1989) acompañó a Willem al
Black Mountain College, donde él había sido contratado para enseñar. Ella se
enamoró del lugar y se quedó allí, aunque Willem partió para NY al final del
verano. Durante su estancia en Black Mountain, ella diseñó una
escenografía para una producción de Merce Cunningham y John Cage. Incluso
pintó un total de 17 pinturas abstractas, que luego llamó Black Mountain
Abstractions (1948) que luego guardó y no se las mostró a nadie hasta 1985.
Después de su verano en Black Mountain, ella se transformó en una de las
primeras críticas de arte por sus reportajes muy significativos acerca de la
obra de artistas como Archile Gorky, Hans Hofmann, Franz Kline, Mark Rothko,
Joseph Albers y David Smith, aparecidos en Art
News.
En 1953, Peter Voulkos (1924-2002) fue invitado a
dar un curso de verano de cerámicas en BMC. Después del verano, el artista
cambió su propuesta acerca de las cerámicas creativas,
A pesar de su breve existencia, el Black Mountain College se convirtió en un punto de encuentro
fundamental para muchos artistas, músicos, poetas y pensadores de diversos
lugares del mundo (Estados Unidos, Europa, Asia y América Latina), que llegaron
a ser figuras fundamentales en cada uno de sus campos en la época de la
posguerra. La Escuela sentó un precedente histórico importante para pensar
acerca de las relaciones entre el arte, la democracia y la globalización.
Demostrando
la dificultad de lo ideal, el BMC cerró en 1957 debido a la falta de fondos y a
luchas de poder internas, promovidas por el contexto sociopolítico y el latente
racismo del sur de los Estados Unidos que se extendió a la institución.
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