martes, 7 de septiembre de 2021

 La tela de arakné.

Hace cuatro años, en 2017, al regresar de la Septima Bienal Internacional de Arte Textil WTA en Montevideo, encontré que mi taller estaba atiborrado de hilos sobrantes de todas mis últimas obras, todas tamaño maxi.


Entonces decidí reciclar, haciendo cordones, y por supuesto, fueron cordones de todos los colores. 


Pensé que sería lindo imitar a las arañitas de mi jardin pero no para realizar una tela tan estructurada como las suyas, sino inspirándome en lo que queda de ellas, después que el tiempo y los vientos las fueron transformando.




 Para lograrlo, cada cruce fue una propuesta y un color diferente. 



 La tela fue creciendo, y llegó a medir un metro cincuenta por tres metros, con un peso de unos siete  kilos, porque sus hilos son cordones doblados realizados a mano con  hilo de cobre, y mezclas de hilados de algodón, poliester y viscosa,  unidos por costura con el mismo hilo de cobre. 













Muestro algunas fotos del proceso y también de su estructura final tomadas en el taller, 






y otras en el jardín, ya que  la obra admite muchos pliegues y transparencias. 











Agregué  una  que da cuenta del largo sobre un fondo negro, donde se puede apreciar por contraste  su verdadero colorido.