jueves, 26 de agosto de 2021

 

Andrea Eimke es una artista alemana que vivió durante casi treinta años en la isla de Atiu, del archipiélago de las Islas Cook en la Polinesia. La magia de la Internet hizo que conectáramos y publicara un reportaje sobre su actividad con las tivaivai y los encajes en la revista Arte magazine dirigida por Alicia Haber.

Del extenso reportaje publicado, recupero una parte en la que habla de sus encajes, expuestos como “Tercer Espacio II” en la exposición Love lace, considerada una de las más significativas mostradas en el prestigioso Powerhouse Museum de Sidney, Australia, en 2012.

B.O.: Andrea, me interesan mucho  tus encajes, me gustaría ver fotos y  detalles, ya que para todos nosotros es una novedad el trabajo con las tapas.

A.E: En 2007, las Cook acababan de tener acceso al Internet de banda ancha. Una universidad nueva zelandesa (AUT, Auckland) nos ofreció cursos de estudios posgraduados extramurales. Me registré y decidí combinar mi material preferido polinesio, tela de líber (“tapa”), con mi técnica de bordado preferida, encaje, como medios para investigar la liminalidad permanente de una vida de emigrante voluntaria entre dos (o más) culturas. Volví a dedicarme a una serie de experimentos materiales y técnicas que me revelaron similitudes interesantes tanto con respecto al uso de las telas de líber como de los encajes en sus respectivos terrenos contrapuestos. Ambos materiales son tan difíciles y laboriosos de hacer, que se utilizaban como objetos de gran lujo, símbolos de riqueza pagana y sacra, y en ritos de veneración. Ni en español  (en que se confunde fácilmente con las tapas comestibles) ni en otro idioma me gusta usar la palabra de uso común “tapa”, porque cada idioma polinesio tiene su palabra propia para describir la tela de líber según su uso o el árbol del que se extrae.

B.O.: Donde aprendiste las técnicas del encaje, en los cursos de bordado en Dusseldorf, Alemania, o en la Polinesia?

A.E.: Aprendí las t


écnicas de encaje de aguja durante mi aprendizaje profesional de bordado en Alemania. En aquellos días, (a principios de los 80s) todo se hacía a mano y usar la máquina era casi como un crimen. La máquina de coser y yo n
La máquina de coser y yo n.os hicimos amigas solo después de empezar mi carrera artística en Atiu. Solamente me fui a un solo curso de bordado a máquina libre (sobre tela) en Australia en los años 90. Mucho de lo que hago hoy se basa en lo que aprendí entonces. Todos los conocimientos  – a mano y a máquina y las demás técnicas textiles, especialmente el encaje, me las he enseñado yo misma con la ayuda de libros o lo he desarrollado por ensayo y error.

  B.O.: me gustaría saber el grado de fortaleza que tienen esos tejidos, ya que los encajes son tan delicados...

A.E.: El líber más fino y blanco se obtiene de una especie de morera llamada Broussonetia papyrifera. Es la planta que en el Japón (donde se llama kozo y muy probablemente en la China y otros países) se utiliza para hacer buen papel.  El líber de plantas del moral joven (Broussonetia papyrifera), cuando es batido al máximo puede ser transparente y fino cómo el encaje (foto 1). En su estado mojado, el material es delicadísimo y se rompe fácilmente (foto 2). Pero al secarse, adquiere una fuerza sorprendente, debido a las fibras largas que lo atraviesan. En combinación con estabilizante hidrosoluble, los pude convertir en encajes parcialmente naturales y parcialmente cosidos a máquina (foto 3). Experimenté añadiendo fibras de otras plantas (Hibiscus tiliaceus) (foto 4), gasa de algodón (foto 5) y entretela no tejida de poliéster como material sintético más parecido a la tela de líber (foto 6).

B.O.: Veo que mostraste una instalación de tus encajes en Australia.

A.E: Si, pero aunque haya logrado exponer mi obra “Tercer Espacio II” en el prestigioso Powerhouse Museum de Sídney, aún me gustaría llevarla a otros países.  El efecto de la instalación en el Museo con sus muros negros es totalmente diferente al de la primera versión en la Casa Misionera del Colegio Teológico de Rarotonga, islas Cook.  Me interesa saber cómo podría cambiar su aspecto en otro ambiente, y lo que  los espectadores  pudieran recibir  y sentir  al verlo.

B.O.: He podido acceder a los videos de la exposición en Sídney, y tener una idea cabal de esto, me gustaría que me explicaras en español lo que dices allí…

https://www.youtube.com/watch?v=o-95x5LJ10A

A.E.:   Me alegro que hayas encontrado mis videos de la exposición en Sydney. Lo que digo en la entrevista es más o menos esto: hablo de usar materiales y técnicas provenientes de las dos culturas que enmarcan mi vida, la europea y la polinesia, para poder demostrar el espacio intermedio, entre las dos culturas, en el que vivo. Ellas son la tela de líber (tapa = polinesio) y – como  es un no tejido (non-woven) – su equivalente sintético, la entretela de polyester, la gasa de algodón (tejido = europeo), fibras de líber y el encaje hecho con hilo de polyester que los conecta. El encaje está hecho a máquina sobre un estabilizante soluble en agua que es necesario para soportar los puntos hasta que el encaje esté hecho. Una vez terminado, el encaje se mete en agua y el estabilizante se disuelve, dejando en el encaje solamente la fuerza de su soporte pero desapareciendo de vista. Es una buena imagen  de como veo mi función en este mundo insular de cultura diferente de  la mía. Había comisionado a un amigo para componer música que consistiera en sonidos de ballenas y pájaros kopkea que únicamente viven en nuestra isla, para  crear un espacio de audio  alrededor del visual, pero la composición resultó inadecuada para la instalación. Últimamente instalamos solamente el sonido de los pájaros. Se llaman kopkea (salangana, aerodramus sawtelli http://cookislands.bishopmuseum.org/species.asp?id=8265 ) y colocan sus nidos dentro de la oscuridad total del interior de una cueva subterránea (llamada anatakitaki – que suena como sus sonidos). Como dentro de la oscuridad no pueden ver, se orientan emitiendo unos sonidos chasqueados (suenan parecido a los delfines) y con un órgano sonar reciben la repercusión de las estalactitas dentro de la cueva que les dirige a su nido. Una vez que estuvieron instalados los sonidos, de repente me di cuenta del parecido de mis paneles de encaje con  las estalactitas de formaciones cristalinas a veces tan delicadas. Era cómo si los pajaritos estuvieran volando alrededor de nosotros por entre las partes de mi instalación.

 En cuanto a la tela de líber, siento que aún estoy al principio de un viaje de descubrimiento apasionante. Después de haber podido ver en los archivos del Museo Británico de Londres colecciones de “tapas” originales procedentes de la época de los navegantes como Cook y los misioneros ingleses, mi curiosidad continua en aumento.  Acabo de entregar mi aplicación de estudios de doctorado de arte y diseño a “mi” universidad. Espero  aún encontrar  revelaciones y asociaciones interesantes que puedan rescatar este material tan delicado y sin embargo tan durable y fuerte, de los sótanos de museo oscuros y del olvido de un pasado pagano a la luz de un desarrollo moderno y de una expresión artística de la vida contemporánea.

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