lunes, 1 de mayo de 2017

Muriel Cardoso y sus esculturas transparentes.


Conocí a Muriel Cardoso, cuando ambas participábamos de los  talleres  de nuestro Maestro Ernesto Aroztegui, y aunque no estábamos en el mismo grupo, solíamos encontrarnos en la preparación de los Encuentros Nacionales, cuando ella llegaba hasta Montevideo desde La Paloma. Y lo que siempre recuerdo es su contagiosa sonrisa, un signo indeleble de su personalidad.






Muriel (1948) comenzó a explorar en lo textil en forma temprana, en 1971.  Por esa época,  en Montevideo se podía acceder a  muestras de arte textil, como una de tapicería llegada desde Rumania, que le hizo pensar en dedicarse a esta actividad, y paralelamente, le impresionaron también,  los tapices experimentales de Mario España Corrado.

Poco tiempo después, por la época del primer Encuentro Nacional, en 1972, Ernesto Aroztegui  pudo apreciar  su inquietud, y le ofreció una Beca para aprender la técnica del gobelino a partir de los tapices coptos y precolombinos.


Séptimo Encuentro Nacional de Arte Textil, organizado por CETU, Subte Municipal, 1987, con Muriel Cardoso, Olga Dominzain y Ana Gascue, frente a la obra de Jorge Sosa, "Obsesión Monotemática."

Los que concurrimos al taller del Maestro, sabemos del alto impacto que solía ejercer sobre sus discípulos, que no sólo aprendíamos la técnica, sino que reflexionábamos sobre la posibilidad de crear.  Y en esto, era inflexible.  Ernesto nos estimulaba  para que cada uno de nosotros encontrara su voz interior. Pero la técnica era imprescindible. Insistía: “Para tejer mal, hay que aprender primero a dominar la técnica, y saber qué hacer con ella. Luego, cada uno elegirá su camino.”

Muriel Cardoso, Miguel Arbiza y varios de sus discípulos. Paysandú, 1987. Vto Encuentro de Principiantes, auspiciado por CETU..

Yo llegué al taller en 1980, el mismo año en que Muriel iniciaba su trayectoria como docente, dedicándose con entusiasmo a crear talleres de tapicería en varias ciudades del departamento de Rocha, desde  su hogar instalado en la naturaleza “mágica” del balneario de La Paloma  .

Recuerdo su obra, francamente volumétrica, presentada en  el Sexto Encuentro Nacional expuesto en el Subte Municipal, en la que mezclaba  cuerdas encontradas en la playa, lana y plástico de descarte, y a la que llamó “Tungarango.”

En el Séptimo Encuentro,  fueron grandes envoltorios de blisters tejidos , y desde el año  2010, ha sorprendido con sus esculturas transparentes, que he podido disfrutar a través de sus fotografías en la web.

Exposición de esculturas, 2010.

Muriel se considera una “recicladora”, y define así su trabajo actual con el volumen: “Caliento plásticos descartables y botellas PET, y los transformo para hacer instalaciones, que a veces también incluyen fibra de vidrio, resina poliéster y plastilleras”.






Insiste en que “no dejó de ser nunca una artista textil” , y sus esculturas transparentes me remiten a  las telas de las velas movidas por el viento en su entorno marino, o quizás, también, al blanco oleaje que llega hasta la playa y se mezcla con los guijarros y los restos de vegetación.





Hace poco, participando de un juego en la Internet, Muriel me envió fotografías  de sus esculturas,  y pude apreciar  la poesía que surge de ellas. Son producto de su gran sensibilidad y su amor por la naturaleza.




No hay comentarios:

Publicar un comentario