jueves, 25 de mayo de 2017

Una escuela ideal de artes textiles??

Mariana es una joven amiga que está realizando su tesis de investigación sobre el Arte Texil en Uruguay. Hemos compartido información, y su última inquietud, me trajo recuerdos…
He aquí su comentario: “Me quedé pensando en el discurso de Aroztegui, cuando dice que “nos hace falta una escuela de artes textiles”. Cuál sería un ejemplo de escuela ideal en el mundo? “
Taller de tejeduría en el Bauhaus.

Aroztegui decía esto en 1987, en el Encuentro Nacional de Artistas Plásticos de Fray Bentos,  refiriéndose a lo logrado y no, en el panorama textil uruguayo.

Contestar la pregunta de Mariana me iba a llevar un rato, por lo que decidí publicarla por aquí.

Como todo lo humano, lo ideal  es difícil de lograr, pero se pueden dar pasos de a poco y apuntando a más, para lograr acercarse un poco, a algo semejante.

¿Existe una escuela ideal para aprender las técnicas, y sensibilizarse a lo textil? Creo que todo depende de las aspiraciones y/o necesidades del medio. Hay lugares donde la tradición textil es muy fuerte, industrial o artesanal. Y ese saber antiguo lleva a que la exigencia sea mayor. Por otro lado, la aventura del siglo XX, llevó a desarrollar los textiles fundamentalmente para la industria. Pero fue necesaria la creatividad, el pensamiento y la investigación de los artistas y diseñadores textiles, para determinar la existencia de un Arte Textil, que como todo arte requiere de una formación, pero depende mucho de la dedicación de sus cultores.

A través de las Bienales de Lausana, desde 1962, se puede apreciar que la mayor parte de los artistas seleccionados tienen una formación de carácter universitario, sea en Europa, Japón o Estados Unidos, donde las universidades tienen departamentos textiles. Ejemplos de esto son universidades mayores en Japón, como  la Universidad de Bellas Artes de la ciudad de Kioto, y la Universidad de las Artes Muraschino ,  Universidades como las de  Filadelfia, Yale y California entre otras, en Estados Unidos, y Escuelas de Arte en Europa, como la de Arte Textil en Lodz, Polonia, ciudad de gran tradición textil. Actualmente las universidades de Arte y las escuelas de diseño y textiles han proliferado a lo largo y lo ancho del mundo, y existen varias también en Latinoamérica.

Dice Michael Thomas, en su excelente libro Histoire d’un Art, L’Art Textile: ”Si hubiera que simplificar al máximo un encadenamiento que cubre un siglo, se podría decir que el arte textil contemporáneo surge de un extraño encuentro a priori entre el Bauhaus y las  tradiciones textiles extra-occidentales.”
Integrantes del taller de tejeduría en el Bauhaus.
Y este pensamiento me lleva al taller de textiles del Bauhaus, aquél que compartían un grupo de mujeres que habían ingresado a la famosa escuela de Arquitectura buscando dar una dirección a sus vidas, y que se vieron derivadas a talleres artesanales, como cerámica y tejeduría.

Gunta Stolzl fue una figura clave en el taller de textiles,  y su influencia se ejerció desde los comienzos de la institución, en 1919. Ella era la que aseguraba la vi
Tapicería de Gunta Stolzl
gilancia técnica, tanto para la tapicería y las alfombras como para la técnica Jacquard, retransmitiendo en la realización textil, las preocupaciones de Paul Klee, maestro de las formas, y sobre todo, las del curso preliminar de
Moholy-Nagy, introduciendo de manera muy  sistemática la experimentación de materiales nuevos como el celofán. Ella haría tomar conciencia a los estudiantes de las propiedades físicas y táctiles específicas de las fibras textiles (absorción sonora, reflexión de la luz) en relación con su aplicación posible a la utilización industrial.
Gunta Stolzl, propuesta para alfombra.


Era la época en que  Otti Berger, Anni Albers, Lis Beyer y Helene Nonné Schmidt creaban un ambiente de discusión y espíritu crítico que hicieron  del taller un lugar de intercambio casi único en el Bauhaus.
Anni Albers al telar, 1926.

Lis Beyer, diseño de tela y vestido.







Y la evolución sensible de la pieza única hacia el objeto en serie se conoce  a través de los textos de Guntha Stolzl en 1931:
            "Nuestra concepción de la casa en 1922-23 era muy diferente de la que tenemos hoy. Nuestros textiles podían ser poemas llenos de ideas, de decorados florales y de experiencias personales. Ellos recibieron rápidamente la favorable acogida del gran público, incluso fuera de los muros del Bauhaus. De un abordaje más fácil, y debido a la naturaleza de su tema, fueron los artículos mejor apreciados entre los productos profundamente revolucionarios del Bauhaus. Progresivamente, hubo un desencaje.  Nosotros advertimos la pretensión de estos objetos únicos e independientes: telas, cortinados, paneles murales. Su riqueza de formas y colores comenzó a parecernos demasiado autocrática, ellos no se integraban a la casa. Hicimos un esfuerzo para volvernos más simples, para disciplinar nuestros medios y para alcanzar una mayor unidad entre los materiales utilizados y su función. De esta manera, llegamos a producir textiles por metro, susceptibles de responder claramente a las necesidades de la pieza y los problemas de la casa. El slogan de este nuevo dominio fue lanzado: prototipos para la industria."
 
Anni Albers, diseño para alfombra
Anni Albers, 1926
El cierre de la Escuela el 10 de agosto de 1933, no representó el fin de la aventura del Bauhaus. Los profesores emigraron, propagando la filosofía del Instituto y  creando nuevos lugares de enseñanza. Algunos fueron invitados por escuelas y universidades.. Y en el tema que nos ocupa, Josef Albers se establece con su mujer Anni en el Black Mountain College en California del Norte, luego en Yale a partir de 1950.

Otti Berger, Tapiceria. Bauhaus. 

En lo que respecta al textil, su enseñanza iba a proseguir  esencialmente en Suiza, donde Gunta Stolzl establece en Zurich su taller privado en 1931, en Holanda con Trude Germonprez ,  y en Estados Unidos.

Claire Zeisler



En los Estados Unidos, Anni Albers y Trude Germonprez, discípula de Benita Otte, otra de las tejedoras del Bauhaus, desde el Black Mountain College, primero, y luego desde la Universidad de Yale, en el caso de Anni, y en California, en el de Trude,  darían un aliento nuevo a las investigaciones textiles, que iban a encontrar eco en Ed Rossbach, Lenore Tawney, Claire Zeisler, Kay Sekimachi  o Sheila Hicks.
DeTrude Guermonprez
           
De Ed Rossbach
  
Lenore Tawney
                                                                                                                                                                                                                                                                                                































Anni Albers  ejercería esta acción con enorme fuerza, ya que sus libros "On Weaving" y "On designing" iban a ser leídos en el mundo entero y conservarían una actualidad mayor hasta el día de hoy. Según Thomas, “es ella probablemente la que ha expresado mejor un elemento primordial de la filosofía del Bauhaus sobre las características específicas de la construcción de un tejido y su naturaleza táctil:
           
            "El establecimiento de una relación estructura-función llama a nuestro intelecto por su construcción o su desciframiento a través del análisis. La materia, por el contrario, es esencialmente no funcional, no utilitaria y por estas razones - como el color- no puede ser objeto de una experiencia intelectual... Debe ser percibida intuitivamente... Nuestra tarea hoy es ejercer esta facultad sensible de forma de encontrar una facultad que antes nos era natural. Debemos reaprender a utilizar el grano y el bruñido, la suavidad o la rugosidad, el relieve, las mezclas de los materiales gruesos y finos. Estos elementos formales que pertenecen a nuestra experiencia estética táctil deben ser utilizados en igualdad con el dibujo y el color"... 

Anni fue diseñadora textil, tejedora, escritora y grabadora, e inspiró una reconsideración de los tejidos como forma de arte, tanto en sus roles funcionales como en los tapices.


De Kay Sekimachi, libro tejido, 1980, California.

 
Estudiantes en la escalera del Bauhaus, foto de Feininger.

 
Obra de Sheila Hicks.


7 comentarios:

  1. Excelente articulo, el arte textil es tan rico e infinito, que uno no termina de conocer y quedar maravillada ante los frescos o piezas de ceramica que nos transmiten tanta informacion de las distintas culturas del mundogracias por tan rica informacion.

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  2. Muchas Gracias, Alicia, por tu comentario. Tal como dices, los textiles quedaron retratados en los frescos y los motivos de las cerámicas. Y de ahí la frase de Thomas, "un extraño encuentro a priori entre el Bauhaus y las tradiciones textiles extra-occidentales.”

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  3. Que placer leerte, y poder trasmitir el disfrute de lo textil a generaciones que estan descubriendo el hilo perdido, en nuevas búsquedas a travez de los que continuamos insistiendo en lo TEXTIL.Felicitaciones una vez mas!!!

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  4. Estupendo e interesante articulo de parte de la historia del textil

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